El 21 de septiembre, Día Mundial del Alzheimer, nos recuerda la importancia de visibilizar esta enfermedad y apoyar a quienes la padecen y a sus familias. En Pilar de la Horadada, la historia de Charo Martínez y su amigo Carlos muestra cómo la amistad y los cuidados profesionales marcan la diferencia en la vida de las personas con Alzheimer.
Una amistad que acompaña al Alzheimer
Carlos trabajó durante más de 40 años en la confitería familiar de Charo. Cuando cumplió 60 años, comenzaron los primeros síntomas de deterioro cognitivo. Charo recuerda:
“Empezó a repetir mucho las cosas y un día llegó muy desorientado a la tienda. Me di cuenta de que algo pasaba y lo acompañé a su casa. Ahí vi que no podían valerse por sí mismos y contacté con servicios sociales”.
Gracias a esa intervención, Carlos ingresó en el Centro de mayores Casaverde Pilar de la Horadada, donde ha experimentado una notable mejoría: está bien cuidado, ha hecho nuevos amigos y disfruta de una alimentación adecuada. Charo destaca la tranquilidad que le brinda saber que Carlos recibe atención profesional constante.

La importancia de los recursos profesionales
El caso de Carlos subraya la necesidad de contar con recursos especializados para el cuidado de personas con Alzheimer. Charo señala:
“Cuidar en casa es bueno, pero cuando hay un deterioro así, es fundamental contar con profesionales. No sé qué habría sido de él sin Casaverde”.
El trato cercano y la comunicación continua con el centro permiten que amigos y familiares se sientan acompañados en todo momento, reforzando la confianza en los cuidados que reciben sus seres queridos.
El Centro Casaverde Pilar de la Horadada organiza este sábado 20 de septiembre la primera marcha solidaria “Recuerdos en marcha”, con motivo del Día Mundial del Alzheimer. La actividad busca concienciar sobre la enfermedad y apoyar a las familias.